

“Errores administrativos” devolvieron a la calle a dos asesinos que confesaron el crimen de un matrimonio de la tercera edad en Mérida, un hecho que conmocionó a la sociedad hace tres años.
La pareja de ancianos, que habitaba en una casona sobre la avenida Colón, era conocida en la ciudad por vestir a la usanza de los años 50 y transportarse en un viejo Jeep de la misma época o en el auto Mercedes Benz que perteneció a Pedro Infante.
Era el veterano violinista Juan Campos Casares, quien formó parte de la Orquesta Sinfónica de Yucatán (1975-1982), y su esposa Lucely Peniche, quienes fueron hallados sin vida en el interior su domicilio de la casona “Santa Cecilia”, ubicada sobre la avenida Colón entre 60 y 62.
Hoy los jueces del Tribunal Segundo de Enjuiciamiento absolvieron a José Rodrigo Villanueva Pech (a) “Rich” y Pedro Pablo Moo Miranda (a) Robotín”, quienes estaban sentenciados a 30 años de prisión luego de revisar el caso.
Los dos drogadictos y teporochos fueron acusados de asesinar a Juan Manuel Gonzalo Campos y Casares, de 91 años de edad, y a su esposa Lucelly Peniche Pasos, de 87 años, en mayo de 2016, pero fueron absueltos y liberados este miércoles “por insuficiencia probatoria”.
Los sujetos pasaron tres años presos después de ser sentenciados por los delitos de homicidio calificado y robo calificado. Habían pactado en 2017 un procedimiento abreviado con la Fiscalía para purgar una condena de 30 años luego de que confesaran los hechos.
El juez de control Rómulo Antonio Bonilla Castañeda dictó la sentencia sin que alguna de las partes se inconforme.
Tras esa audiencia, la hija de los asesinados, Lucelly María del Pilar Campos Peniche, apeló porque no se pagó una reparación de daño integral y no estaba conforme con los 30 años de condena.
Entonces el Tribunal Superior de Justicia revocó el procedimiento abreviado y la nieta de los ahora occisos, Lucelly Estefanía Ríos Covián Campos, se amparó a través de su abogado Emiliano Zapata para que no proceda, pero no lo consiguió.
Dos años después, en agosto pasado se llevó a cabo la audiencia intermedia y el 17 de octubre pasado inició el juicio oral que culminó hoy.
Todo el procedimiento de defensa de “Rich” y “Robotin” fue llevado por las licenciadas Rosa Arteaga y Guadalupe Segovia, del Instituto de Defensoría Pública.
Las defensoras de oficio contaron con el apoyo de un consultor técnico calificado y, sumado a una mala actuación del criminalista de la Fiscalía, al igual que de los fiscales a cargo del caso, derivó en la absolución de los sentenciados.
Por ejemplo, durante el juicio no se logró acreditar –por parte de la Fiscalía- que los imputados cometieron el delito porque los agentes de la Policía Estatal que los detuvieron días después “por faltas administrativas” no dijeron cómo se enteraron de que estaban involucrados en el doble crimen.
Los elementos de la SSP tampoco remitieron los indicios completos, es decir, desaparecieron objetos de valor como monedas de plata y joyas.
En tanto el perito de huellas no pudo sostener su informe de impresiones dactilares, a tal grado que no hizo un comparativo de las huellas encontradas entre los acusados y las halladas en el sitio.
En el informe de causalidad, por parte del criminalista, se destacó que no estaba sustentado en conocimientos científicos, carecía de información, no concluyó cuántas personas cometieron el delitos, por dónde entraron, así como tampoco determinó la causa del hecho y si murieron al mismo tiempo.
Por su parte, la criminalista Abril Sánchez examinó sólo fotos con fotos, no prendas ni los cuchillos ocupados.
Su dictamen fue poco claro, sin fundamento científico y nunca apareció la supuesta camisa pijama del occiso.
Sólo se estableció que el móvil fue el robo para que estos individuos pudieran obtener dinero para comprar licor y drogas, pero al ingresar a la casona “Santa Cecilia”, luego de brincar los muros de un estacionamiento contiguo, fueron sorprendidos por la pareja de ancianos.
Como supuestamente estaban drogados y alcoholizados –según la versión oficial-, ambos sometieron al par de viejitos y los asesinaron con saña, ahorcados y acuchillados. Luego se apoderaron de diversos objetos de valor, entre ellos decenas de centenarios, y luego huyeron.
El doble homicidio ocurrió cuando el gobierno de Rolando Zapata convencía de vender sus propiedades a vecinos del futuro Centro Internacional de Congresos by Samsung, hoy en funcionamiento, y de lo cual PRESIDIO ofrecerá detalles de una investigación relacionada con otros asesinatos ocurridos en la misma zona y que coincide con la adquisición de predios para el millonario negocio inmobiliario.
