


Una protesta de “brazos caídos” se desarrolla en el Instituto Tecnológico de Mérida (ITM), lo que ha provocado que los estudiantes no tengan clases durante todo el día.
Una manta se mantiene afuera de la institución y los maestros realizan un paro que tiene suspendidas las actividades en las aulas.
El objetivo es la destitución del actual director del plantel superior, Hebert de Jesús Díaz Flores, por “agravios” y “amenazas” hacia los docentes del “Tec” de Mérida, que reclaman la falta de transparencia en su desempeño.
La inconformidad de los maestros contra Díaz Flores inició desde años atrás, cuando fungió como subdirector, del 16 de agosto de 2015 al 30 de noviembre de 2019.
El 1 de diciembre del año pasado la molestia entre los docentes creció cuando fue designado por «dedazo» como director del ITM, pues en su anterior cargo le señalaron presuntos abusos laborales y desvíos de dinero.
El movimiento es apoyado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), cuyas siglas lleva la manta magisterial que permanece colgada afuera del Tec.
Hoy hubo un paro de actividades en las aulas por parte de los maestros, que asistieron al plantel pero no impartieron, e incluso alentaron a sus alumnos a no asistir para conseguir la remoción del director.
Los docentes deben registrar su entrada y salida laboral, pero si no hay estudiantes podrían retirarse discretamente, según informó personal de la universidad y los propios estudiantes a PRESIDIO.

Supuestamente ningún docente pidió de manera directa a los alumnos que falten a sus clases, pero desde hace algunos años se sabe que las actividades se detienen apenas se cuelga una manta del SNTE.
Sin embargo, en esta ocasión los estudiantes externaron su molestia porque “esta farsa” –como la calificaron- afecta más a los jóvenes de primer semestre, ya que los del último grado saben que el docente está obligado a impartir, de lo contrario podría recibir un acta administrativa.
Señalaron que los alumnos de nuevo ingreso no asistirán al colegio, pero sí acudirán aquellos que están a punto de terminar su carrera y tienen proyectos por entregar.
«Si preguntamos a maestros si habrá clases y ellos contestan que no, entonces no vamos. Pero si insistimos y presionamos para que den la clase, pues hasta nos suben a redes sociales acusándonos de no apoyar el movimiento», dijo un estudiante que pidió el anonimato.
Se averiguó que el motivo principal de las quejas contra el director es que implementó un sistema digital para publicación de calificaciones en línea, a través de un portal de Internet.
Sin embargo, dicha página web presenta constantes fallas y desde el principio no ha funcionado bien, lo que desespera a los estudiantes y maestros.
Pero la cantidad de dinero que se invirtió en dicho portal –señalaron los docentes- es que fue elevada y pudo ser utilizada en la construcción y modernización de laboratorios y las instalaciones en general.
En contraparte, los estudiantes dijeron que “lo que pasa es que los maestros son de edad avanzada y no quieren aprender a usarlo; prefieren quedarse con el sistema de la vieja escuela».
Recientemente se abrió un debate entre alumnos del Tec y profesores cuando se les preguntó por qué se resisten a actualizarse. La respuesta fue que muchos maestros son de la tercera edad y no logran comprender el uso de las tecnologías, pero con la nueva Reforma Educativa evitan jubilarse porque recibirán muy poco como pensión.
Los maestros son tan grandes, dijeron, que a veces los alumnos acuden a clases y notan que un maestro no llega. Cuando preguntan qué le pasó, les informan que falleció. «Así de ancianos están algunos profesores», expresaron los jóvenes.
A pesar de que los estudiantes de último grado, principalmente, están en desacuerdo con la protesta de “brazos caídos” porque pierden clases y “hay mucho por aprender”, otro grupo de alumnos apoyan el movimiento y ya se están rebelando contra el director.
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