Un extrajero estaría detrás del conflicto de tierras que existe en el municipio de Ixil, presuntamente con la intención de obtener amplias extensiones de terreno para instalar campos eólicos.
El 17 de agosto reportamos en vivo que la fuerza pública fue utilizada contra los pobladores al bloquear los uniformados un camino ejidal mientras se realizaban diligencias en varias hectáreas de terreno por personal del Ministerio Público: https://fb.watch/m-zQ9B7BWX/?mibextid=2Rb1fB
Fuentes consultadas por PRESIDIO al respecto acusaron al empresario español Sergio Oceransky Losana de manipular a un grupo de pobladores de Ixil para invadir terrenos que supuestamente ya eran privados y simular un despojo de tierras ejidales con tal de entregarlos a compañías extranjeras para las cuales trabaja.
«Igualito como hizo el conquistador Hernán Cortés, al utilizar a los tlaxcaltecas como aliados para ganarle a los aztecas, es lo que este español está haciendo en Ixil», aseguraron.
Oceransky Losana es CEO del Grupo Yansa, una organización que se presenta “sin fines de lucro”, pero que utiliza proyectos de generación de energías alternativas para generar buenas ganancias económicas y que en Google existen varias referencias de la promoción que realiza de proyectos eólicos en el país, con el argumento de que los pobladores «tengan el control de sus recursos y obtengan beneficios»: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2009_389.html
«Lo que sucedió en Ixil es que esta persona recurrió a la manipulación perversa de la gente y estaba consciente de que una protesta social por la defensa de la tierra, señalando un supuesto despojo, es un tema delicado que de inmediato será defendido por la opinión pública, señalaron.
Sin embargo, abundaron, el único fin que persigue este personaje español es dar provecho a las compañías eólicas con las que trabaja y, en el caso de Ixil se tratan de inversiones del empresario Benigno Villarreal del Río.
Aseguraron que en Ixil no hay despojo de tierras ejidales y que los pobladores saben que los predios que fueron invadidos hace unos días fueron adquiridos por empresarios locales de manera legal y legítima en 2016 a Julio Eduardo Espinosa, en una operación de compra-venta entre particulares que se puede consultar en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio.
Refirieron que Espinosa las compró años atrás a ejidatarios que decidieron enajenarlas de manera legal con asambleas de por medio y con personal de la Procuraduría Agraria que dio fe de esos actos.
Sin embargo, dijeron, el español Oceransky, que tiene sus oficinas en Nueva York y está dedicado al negocio de las energías renovables, «simula ser un ambientalista defensor de la tierra junto con María Teresa Munguía Gil, Esteban Cen Cocom y Mercedes Cocom Noriega, entre otros, para engañar y manipular a la opinión pública».
Por eso el teatro montado por el testaferro de Villarreal del Río atrajo la atención de medios de comunicación y de académicos que de buena fe salieron en defensa de los ejidatarios presuntamente despojados, apuntaron las fuentes.
Insistieron en que en este conflicto, que tuvo su punto más álgido a mediados de agosto pasado, con la intervención de policías estatales que agredieron a los pobladores, no hay tierras de uso común, sino predios de particulares y el que fue invadido ni siquiera se encuentra en abandono.
Por último, expusieron, los negocios eólicos que pretende Oceransky al servicio de Villarreal del Río, al menos en este sexenio, resultaron inútiles y fueron ignorados, pues el presidente Andrés Manuel López Obrador no tiene en la mira, ni como plan de gobierno, el impulso de las energías alternativas.
Según se pudo averiguar, en Yucatán ya se tenían listos para entrar en acción 24 proyectos de generación de este tipo de energías, con el apoyo del gobernador Mauricio Vila Dosal, pero el Gobierno de López Obrador decidió apostar por las de origen fósil y reforzó constitucionalmente a la Comisión Federal de Electricidad para dejarla como la única proveedora de estos servicios, es decir, en manos del Estado.