Un hombre de 51 años de edad por poco es devorado por un cocodrilo cuando se sumergió en las aguas de los manglares del puerto de Sisal.
El turista fue atacado y mordido en una pierna, de la cual el enorme reptil lo jaló al parecer con intenciones de llevárselo.
El hombre atacado formaba parte de un grupo de personas originarias de la Ciudad de México que llegaron a Yucatán en plan de paseo y se dirigieron ayer a Sisal, donde contrataron un tour de paseo en lancha para hacer actividades de ecoturismo.
Cuando navegaban en la zona de manglares y estaban a la altura de la zona conocida como el «antiguo basurero», llegaron a un ojo de agua y el señor se metió al agua, ya que se declaró amante de la naturaleza, sin saber lo que le esperaba.
Eran alrededor de las 3 de la tarde cuando el señor Joel J. P. estaba en el agua y fue atacado por un cocodrilo que habita en la zona, el cual lo atrapó de una pierna.
Sus amigos que estaban a bordo de la lancha lo ayudaron, golpeando al animal con diferentes objetos y lograron ahuyentarlo, por lo cual el turista salvó la vida.
Tras lo ocurrido, el lanchero llevó al grupo a un lugar seguro en tierra firme, donde llamaron a los servicios de emergencia y al sitio llegaron paramédicos de la Secretaria de Seguridad Pública.
El hombre presentó varias heridas causadas por el gran animal, pero se reportó estable y que su vida no corre peligro. Permanece hospitalizado en la ciudad de Mérida.
Junto con los paramédicos también llegaron al lugar policías estatales, que establecieron un perímetro de seguridad mediante un cordón en el área
Aunque se exhortó a las personas no entrar en las aguas cerca de la ciénaga, no existe letrero alguno que señale medidas de seguridad y de prevención por la peligrosa fauna.
Cabe señalar que dentro de los cenotes de Yucatán, en toda la geografía estatal, también se han reportado avistamientos de cocodrilos, pero hasta el momento no se tiene conocimiento que algún turista haya sido atacado.
Los reptiles al parecer fueron introducidos inicialmente por dueños de ranchos y se han reproducido, pero también han ingresado a los túneles subterráneos a través de los «ojos de agua».