Por las calles de Mérida circulan sujetos que portan armas de fuego e intimidan a los demás automovilistas.
La madrugada de hoy pistoleros amenazaron a un reportero de un medio de comunicación local en la avenida Colón con calle 12 de la colonia García Ginerés.
En los semáforos de dicho cruce, un automóvil Verna de color gris hacía alto y el comunicador lo rebasó al cambiar a luz verde.
Los ocupantes del automóvil le dieron alcance y sacaron por la ventanilla una pistola, amenazando al reportero.
Cuando llegaron al cruce con la avenida Reforma, uno de los ocupantes del vehículo se acercó, pistola en mano, y puso el arma en la cara del comunicador, amenazándolo con insultos.
Al ver que se aproximaban otros vehículos, abordaron de nuevo la unidad y se dirigieron hacia la avenida Pérez Ponce mientras continuaron siguiéndolo por varias calles más.
Los hechos quedaron levantados en una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, con número UNATD-G1-001581-2018. Sin embargo, en la FGE le dijeron que no procedería porque “no es un crimen” y “no hay daños”.
Es la segunda acometida que se registra en el lapso de un mes hacia un medio de comunicación en Yucatán.
El 30 de enero publicamos que un automóvil perteneciente a la flotilla del periódico POR ESTO! fue robado por sujetos desconocidos.
En los hechos de hoy, el comunicador dijo que no está seguro de si se trató de un ataque a un periodista, ya que no portaba el uniforme del canal y manejaba su auto particular.
Sin embargo, consideró alarmante que cualquier ciudadano esté expuesto a ser amenazado con pistolas en cualquier crucero de la ciudad.
“Lo digo como periodista, como ciudadano, meridano y yucateco: esto no puede ser posible, y no sólo por mí, sino por la seguridad de todos y cada uno de nosotros”.
Malco A. Dorantes C., empleado de la televisora local de noticias Telesur que cubre la fuente policiaca por las noches, narró su experiencia a PRESIDIO:
“Circulaba en mi auto, como a las dos de la mañana, sobre la avenida Colón rumbo a Paseo de Montejo.
“Cuando salí de la glorieta de Circuito, noté que detrás de mí había un auto que hacía cambio de luces, pero no le di importancia pues pensé que sólo quería pasar; me hice a un lado y se adelantó.
“Al llegar a la calle 14 de la García Ginerés me tocó semáforo en rojo y me detuve detrás del Verna gris, en el carril de la izquierda sobre la avenida Colón. Estaba entre las calles 14 y 16, a unos metros de otra televisora, TV Azteca.
“Mientras estoy detenido, pongo mi música y cambia el semáforo. Pasan varios segundos y no se movía ese auto. Le pité dos veces, sólo un “pip-pip”.
“El conductor sacó por la ventana la mano y alzó el dedo medio en señal grosera. Entonces lo rebasé por la derecha y aceleré para seguir mi marcha.
“En ese momento él también aceleró y su acompañante, que venía emparejado con mi auto, me gritó pero no entendí. Sacó un arma y me apuntó.
“Me asusté y lo que hice fue calmarme y manejar más tranquilo, hasta que llegué a los semáforos en el cruce con la avenida Reforma.
“Yo me mantuve en el carril central, cuando se pegó de nuevo el mismo vehículo y me apuntaron con el arma.
“Como estaba asustado, pensé irme hacia la derecha, pero estaba el semáforo en rojo y frené.
“Me dije: Chin, ya me espantaron, no importa, lo lograron, pero no haré nada.
“Entonces el sujeto ya se había bajado del auto y caminó hacia mí. Cuando volteé, ya estaba junto a mi ventanilla, que estaba abajo, y me hizo un ademán retador.
“De su pantalón sacó el arma y la puso en la portezuela, apuntándome al hombro.
“¡Ponte verga, chamaco!”, me gritó. Luego levantó su pistola y la aporreó sobre el toldo del auto.
“Yo no te he hecho nada –le dije-. Pité porque parecías distraído. En cambio tú me ofendiste.
“Puse en marcha mi vehículo y me alejé, pero los sujetos, a los cuales calculo unos 25 años, aún me seguían.
“Cuando llegué a la calle 60, a la altura del nuevo centro de convenciones, había una patrulla, pero los tipos iban muy pegados detrás de mí y no me pude detener.
“Luego de la patrulla, decidieron rebasarme y se alejaron sobre la avenida Pérez Ponce, como hacia la avenida Alemán.
“Al llegar a la calle 50, donde están los rieles del tren, ya me pude estacionar, llamé al 911 y llegaron las patrullas.
“Al principio, la Policía no me creyó porque ya han recibido otros reportes similares. Me dijeron los agentes que luego, cuando ubican y detienen al vehículo reportado, no encuentran ningún arma.
“Cuando la gente llama y reporta esto, a veces ponemos la ciudad de cabeza sólo por ese reporte”, señalaron los policías.
“Me dijeron que harían un operativo y pidieron mi número, me grabaron vídeo y tomaron fotos.
“Yo quiero preguntar: ¿dónde está nuestra seguridad como ciudadanos?
“¿Ya no vas a poder pitarle a nadie en la calle porque te saca una pistola?”.
El comunicador opina que es una realidad que la ciudad y sus habitantes han cambiado y no sabemos a quién nos vamos a topar en la calle, “no sabes quién puede estar al lado de ti”.
El reportero exigió a la autoridad que muestre las imágenes de las videocámaras sobre la avenida Colón y Reforma, pues deben identificarlos “para que todos estemos más tranquilos”.
“Si la Policía quiere, con el seguimiento de esas imágenes pueden agarrar a esos tipos. Lo exijo como periodista, como ciudadano, como meridano y como yucateco.
“Me gustaría saber que no se trató de una agresión dirigida contra a un periodista, por la tranquilidad de todos quienes no dedicamos a esto.
Por último, aunque pidió no mencionar su nombre ni de su empresa, “por políticas internas”, consideró importante que su caso sea público “porque se trata de la seguridad de todos y cada uno de nosotros”.
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