Un joven fue asesinado de un disparo en el pecho anoche en el municipio de Timucuy, Yucatán, sin que las autoridades hayan podido localizar al homicida o aclarar los motivos del crimen, que tendría relación con la venta de drogas.
Fue ejecutado este sábado pasadas las 10:00 de la noche en la puerta de su casa, de un sólo tiro a “quemarropa” que le pegó justo a la altura del corazón y lo hizo morir desangrado.
Los vecinos no vieron que nadie escape, no escucharon la detonación y tampoco un conflicto previo al homicidio, que tuvo lugar en la calle 27 por 16 y 14 del municipio de Timucuy, ubicado a unos 30 kilómetros de la ciudad de Mérida.
Los mismos testigos que se entrevistaron con la Policía Estatal de Investigación (PEI) explicaron a PRESIDIO que el fallecido, de nombre Jesús May (a) “Sana”, de 29 años de edad, siempre estaba en compañía de su hermano y que esta noche no fue la excepción.
Poco antes del sangriento crimen los vieron caminar con dirección a su domicilio. Supuestamente, según dijo el hermano, él entró a su casa a cenar y su consanguíneo se quedó afuera, pero cuando salió lo encontró bañado en sangre y al borde de la muerte.
Se habría enterado antes el resto de la familia que la policía, pues primero llegó la mamá llorando y exclamando “ya mataron a mi hijo”.
Agentes de la Secretaría de Seguridad Pública se trasladaron a la escena del crimen para acordonaron el área, cercar la zona con oficiales armados y tratar de evitar que los hechos se transmitieran por la prensa.
Se armó un amplio operativo de búsqueda, que llegó a las carreteras cercanas, brechas y montes de la zona, sin que se tuviera rastro del asesino.
Se sabe que el hermano comenzó a ser sospechoso ya que al ser interrogado sostuvo que “no vio nada”, pero vecinos y autoridades no se explican como el homicida huyó sin ser detectado por alguna persona.
Además se confirmó que él y su hermano eran “malandros” en rumbos alejados a su domicilio, donde el ahora occiso vendía drogas que no había logrado pagar a sus proveedores.