

Policías estatales y municipales de Yucatán “levantaron” a un joven universitario sin motivo aparente, al cual lo obligaron a descender de su auto y lo mantuvieron incomunicado sin decirle el porqué.
En lo que parece ser un nuevo abuso de poder, Juan Escobedo denunció los hechos ocurridos el miércoles pasado por una “equivocación” de los agentes que supuestamente investigaban un hecho delictivo.
Sin orden de aprehensión, ni flagrancia, el muchacho originario de otra entidad vivió en carne propia lo que numerosos yucatecos han denunciado de su Policía, a la cual se le ha otorgado un poder incuestionable y la libertad para detener y “levantar” a cualquier persona.
“Siempre creí qué si actuaba dentro de la ley, los policías y la fuerza pública estarían para cuidar y mantener la paz en la sociedad, pero ahora lo dudo”, escribió en su denuncia que hizo pública en las redes sociales.
“Hoy me intimidaron, me arrebataron mi teléfono celular, lo apagaron, quedé incomunicado, me bajaron a la fuerza de mi auto y un policía irrumpió mi vehículo sin mi autorización o alguna orden por escrito”, dijo.

“Me esposaron como un criminal, me subieron a una patrulla ante la mirada de los vecinos curiosos, me quitaron mis pertenencias, mi ropa y mis zapatos”.
Luego –anotó- “me pusieron en una celda del municipio (que olía a meados y tenía el suelo pegajoso), me privaron de mi libertad (ya que de haber sido una detención legal, tenía derecho a realzar alguna llamada)”.
Sobre el posible delito que cometió, dijo que sólo es un estudiante que fue a una granja en Timucuy para sacar muestras animales para su proyecto de tesis.
Sin embargo, debido a que su auto supuestamente tenía parecido a otro implicado en un evento delictivo, fue detenido, bajado por la fuerza e incomunicado.
En la acción participaron alrededor de ocho policías a bordo de dos camionetas.
No se le informó del motivo de su detención todo el tiempo que lo mantuvieron en una celda, sino hasta que lo dejaron ir. Los elementos, señaló, tampoco se disculparon.
Sólo un agente le dijo, cuando se retiraba: “Yo te traté bien”.
“Siempre creí qué si actuaba dentro de la ley, los policías y la fuerza pública, estarían para cuidar y mantener la paz en la sociedad. Ahora lo dudo”.
Entonces, ¿debemos cuidarnos de las personas que “nos cuidan”?, cuestionó en su post de Facebook, el cual se ha compartido cientos de veces y donde mostró fotografías como evidencia de esa experiencia.
En las fotos se observa a los policías revisando el interior del auto mientras él estaba “secuestrado” y las marcas que le quedaron al ser esposado con los metales apretados.
Juan considera que fue detenido debido a su aspecto o apariencia, ya que se pone ropa muy sencilla para trabajar con los animales.

“En la granja uso overol y botas de plástico. Pero para no sufrir calor –apuntó- llevo shorts y playeras de esas viejitas, además de que voy en chanclas y calcetines para las botas”.
Quizá el prejuicio de los policías ayuda a que sucedan estos casos, al abusar de la gente que se ve humilde, consideró.
Por último, el estudiante dejó en claro que ahora ve diferente a los “guardianes del orden” en Yucatán, de modo que prefería abstenerse de hacer más declaraciones para evitar posibles represalias.
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