Luego de ser detenido en cumplimiento de una orden de aprehensión por los delitos de daño en propiedad ajena (2), amenazas e injurias, en vísperas del 8 M (Día Internacional de la Mujer), fue imputado el catalán Joan S.M., supuesto terapeuta especializado en ayudar a las mujeres y niños vulnerables, pero que intimidó a la empleada de una cafetería.
Durante un operativo policiaco que se efectuó la mañana del viernes sobre la calle 64 entre 73 y 71, casi una veintena de elementos de la Policía Estatal de Investigación, Fiscalía General del Estado y Secretaría de Seguridad Pública, acudieron a dar cumplimiento a una orden de cateo y aprehensión en contra del extranjero que vive en un Airbnb.

Vídeo de la detención: https://www.facebook.com/share/v/1EG8PDYVuS/
Los hechos fueron denunciados por la agraviada y el propietario del negocio afectado, Ruth Elizabeth M.P. y Alexis Marco V.B.P.
Luego fue trasladado al Cereso de Mérida, para ser puesto a disposición de la juez de control Jazmín Ojeda Alayón, que en la audiencia inicial accedió a imputarlo por los delitos arriba señalados e impuso la medida cautelar de prisión preventiva por todo el tiempo que dure el proceso.
Después estableció que la audiencia de vinculación se efectúe el 13 de marzo, para definir su situación legal.
Cabe mencionar que dicha medida cautelar se puede llevar en prisión o en resguardo domiciliario, pues los delitos que se le imputan no son considerados graves y el incoado no puede salir del país, al retenérsele su pasaporte y visa.
Es de recordar que este sujeto, el 25 de febrero, aproximadamente a las 6:50 horas, ingresó al predio número 526-B de la calle 73 entre 62 y 64 del Centro, lugar donde funciona una cafetería denominada «Café Lavé», que a esas horas aún no estaba abierta al público.
Sin embargo, ahí estaba la empleada de nombre Ruth Elizabeth M.P. preparándose para iniciar las labores del día, a las 7 horas.
Es el caso que Joan al ver a la querellante le dijo: “La música está muy alta, soy terapeuta, ayudo a las mujeres, yo hago cosas por el país. Tú eres una inútil, haces café de mierda, sólo limpias meados. Estoy harto de ustedes, voy a aventar por el patio fuego, agua, voy hacer que los demanden los comensales y si le dices a la policía voy a ingresar con un cuchillo a la cafetería y a la galería y voy a romper todo.
“A ti te puedo hacer cosas y nadie se va enterar, si le avisas a la policía, conozco gente de Kanasín y Umán que te pueden cortar el cuello.
“Yo pido respeto, tú me respetas y yo te respeto, pero no música alta, no”.
Como la querellante no le decía nada, el sujeto continuó: «Música alta, yo hago cosas por el país».
Acto seguido, agarró de una mesa un servilletero, lo aventó al piso y regresó a la barra y dijo: “Música baja, no me chingues».
Luego agarró el bolso de la querellante y lo arrojó al piso con todo su contenido y dijo: «No me chingues más; ¿es lo que quieres, es lo que quieres?”.
Enseguida tomó un jarrón de artesanía y lo tiró fuera de la barra, para seguir diciendo: «No me chingues más, y no me manden a nadie aquí a lado porque les juro que le escupo esta puta mierda; yo no actúo así, pero me chingan, y así reacciono. Soy una persona que lucha por reparar este puto mundo y me caga la gente racista, asquerosa, y tú trabajas para esta mierda de gente, eres cómplice de esta mierda”.
La querellante le decía que se calmara, pero el extranjero tomó una jarra de cristal y decía: «¿Lo rompo, lo rompo?, segura, segura, y aventó la jarra al piso, para luego tomar un Ipad que estaba en la parte interna de la barra y lo levantó diciendo «¿Lo rompo, lo rompo?», para seguidamente retirarse del lugar.