#YUCATÁN El confinamiento domiciliario, sumado a la medida de prohibir la venta y consumo de bebidas alcohólicas, disparó los casos de violencia doméstica en Yucatán.
La “casa de la mujer” que se ubica fuera de la ciudad, bajo la operación del gobierno estatal, registra un sobrecupo de féminas con sus hijos debido al maltrato que comenzaron a sufrir a manos de sus parejas desde mediados de marzo al «quedarse en sus casas» y se agravó en lo que va de este mes.
Como se sabe, la “ley seca” en todo Yucatán entró en vigor el pasado día 10 y supuestamente finaliza el próximo jueves 30, para reiniciar la venta de licores y cervezas al día siguiente.
Esta medida, según difundió el gobierno del estado en un comunicado, pretendía evitar la violencia doméstica, especialmente contra las mujeres y el abuso de niños, debido al confinamiento por la pandemia del Coronavirus.
Sin embargo, ocurrió todo lo contrario al prohibir la venta de alcohol, lo cual fue confirmado por una diputada local, Milagros Romero Bastarrachea, quien aseveró que durante la contingencia sanitaria se han registrado más casos de violencia contra las mujeres que casos de enfermos con Covid-19 en la entidad.
PRESIDIO averiguó que el refugio “secreto” para mujeres golpeadas, cuyas instalaciones se localizan después del Periférico de Mérida, actualmente está “a reventar”.
La ubicación del lugar –en una zona rodeada de monte- no se revelad por seguridad de las féminas, pues hubo el caso de un marido que siguió a la camioneta donde trasladaban a su esposa y apedreó puertas y muros.
El sitio es similar a un mini penal, con muros altos y numerosas habitaciones, y mujeres policías custodiando la entrada.
Cuando alguna persona ajena tiene que acudir, es llevada con los ojos cubiertos. El aprovisionamiento de bienes y servicios se realiza en vehículos oficiales con personal acreditado.
Personal de la propia dependencia confirmó que la violencia familiar está “incontrolable” en los municipios de Yucatán por la actual contingencia sanitaria, que se agravó con la “ley seca” porque los esposos “se vuelven locos”, según han relatado algunas afectadas.
“Hay mujeres que nos han comentado que preferían que su marido salga a tomar sus cervezas, porque después regresaban cansados, directo a dormir”, aunque admitieron que hay casos en que el varón se transforma en energúmeno por el efecto del alcohol.
Al respecto, la diputada local de Movimiento Ciudadano puntualizó que del 1 al 7 de marzo pasado se reportaron 24 denuncias de violencia familiar. Pero del 15 al 28 del mismo mes la cifra se disparó a 172 casos.
Agregó que entre un mes y otro, los números de violencia machista aumentaron un 17 por ciento en Yucatán, “las mujeres son un grupo vulnerable que están siendo agredidas durante el confinamiento”, aseveró.
Durante la contingencia se han registrado en la entidad más casos de violencia que casos de enfermos con Covid-19, dijo, de modo que pidió instrumentar programas más efectivos para atender a las mujeres y que las organizaciones de la sociedad civil se involucren.
