Dos mujeres menores de edad fueron abusadas sexualmente por miembros de su propia familia en municipios del interior del estado de Yucatán, pero a dos años de los hechos apenas han sido imputados por distintos jueces de control.
Uno de los hombres abusó de su propia hija en el municipio de Izamal en octubre del 2020, y ese mismo año pero en julio, otro sujeto urtrajó a su sobrina, en un predio del puerto de Sinanché.
Apenas fueron imputados por los delito de violación equiparada agravada. En el primer caso por la juez de control de Kanasín, Mariza Virginia Polanco Sabido, y en otro por Santos Alfredo May Tinal.
En el caso de Izamal se acusó a José de la Cruz K.P., de ultrajar, empleando la violencia física y emocional, a su propia hija.
El 14 de octubre de 2020, aproximadamente a las 8:30 de la mañana, entró al cuarto de su hija mientras estaba dormida. Le quitó toda la ropa a la fuerza y la atacó sexualmente, situación que se dio bajo la violencia física y moral.
Este acto se repitió el 18 de octubre, siempre empleando la fuerza física y amenazas.
En el caso de Sinanché, igual se imputó al plomero Neoleonés Marcos Gabriel S. E., quien fue detenido por el delito de violación en contra de su sobrina menor de edad.
El juez May Tinal lo requirió, luego de que en un principio el sujeto recuperó su libertad por errores en el debido proceso durante su primera puesta a disposición.
Los hechos se dieron entre los días 25 y 26 de julio del 2020, en horas de la tarde, cuando la víctima, de identidad reservada, se encontraba en el domicilio que habita su madre en Sinanché.
Cabe mencionar que el ahora procesado también vive en esa casa junto con su pareja sentimental.
Aprovechando que la madre de la menor estaba trabajando, ejerció violencia física y se llevó a la pequeña a un cuarto donde la violó.
Pero el ataque se descubrió cuando la menor presentó profuso sangrado y reveló quién había abusado de ella.
El sujeto fue detenido meses después y recuperó su libertad porque se mal integró la carpeta de investigación y hasta ahora, a dos años de los hechos, fue imputado con prisión preventiva.
En Yucatán, el estado “más seguro” del país, los casos de violación a menores y violencia intrafamiliar continúan a la alza, mientras se presume de una supuesta tranquilidad en las calles.
Un ejemplo más es el caso de Cruz Germán, quien golpeó en el rostro, torso y costillas a su esposa en un predio de la colonia Roble Agrícola III en Mérida.
La poca eficacia en estos hechos de “menor impacto” destaca en los tiempos y procesos que las víctimas tienen que afrontar, muchas veces descuidadas por las autoridades judiciales, que al menos en este último caso impuso varias medidas cautelares pero se permitió que el presunto agresor continúe en libertad.