De manera sorpresiva, el conductor que fue baleado en el Periférico de Mérida por un comandante de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Yucatán decidió no continuar con la denuncia contra su agresor.
El encargado del taller de motocicletas de la corporación estatal, Carlos Cachón Castellanos, fue absuelto del delito de homicidio calificado en grado de tentativa y recuperó su total libertad, aunque nunca estuvo tras las rejas.

Se confirmó que luego de disparar el lunes pasado contra el conductor de una camioneta Curier de una empresa de control de plagas, con placas YT-2166-D, el hombre armado fue ubicado en las instalaciones de la Policía Yucateca, en el periférico poniente, y no en Dzununcán como se difundió al principio.
Según la carpeta de investigación, al parecer hubo un cambio de conductor, por lo que la camioneta Ford Lobo color negra, sin logotipos, pudo ser conducida por otra persona fuera de la corporación.
Entrevistado por PRESIDIO, el dueño de la empresa “Vector Fumigaciones”, dijo haber sido el copiloto de la víctima al momento del ataque, revelando que el hombre armado iba acompañado por una mujer.

Esta versión señala que el comandante estaba discutiendo con su “pareja”, lo que lo tenía agresivo al conducir. En ese momento habría dado un frenón y luego le cerró el paso al conductor de la camioneta Curier, antes de llegar al distribuidor vial con entrada a la colonia San Antonio Xluch III, donde bajó muy molesto y le disparó en el hombro izquierdo.
Luego subió a la Ford Lobo, que la Policía Estatal da a sus hombres de confianza, y huyó del sitio. El herido, Francisco Javier C. V., bajó de su vehículo para pedir ayuda y fue trasaldado a un hospital, donde se reportó fuera de peligro.
El comandante Carlos Cachón tuvo protección del alto mando de la SSP, pues en el comunicado oficial se negó que se tratara de un elemento de sus filas y dijeron que no podían dar detalles del detenido.

Fue localizado a los pocos minutos con las cámaras del “Yucatán Seguro” y lo sacaron arrastrado de su oficina, sin embargo fue presentado fuera de tiempo ante el juez, de manera extemporánea, confirmando que lo dejaron libre tras una entrevista de 10 horas.
Pasaron cuatro días de los hechos, sin información de la víctima o del agresor, hasta que ayer la SSP evitó que su empleado sea denunciado, y muy probablemente sentenciado, por dos acusaciones de homicidio calificado en grado de tentativa.

El acompañante del guiador de la Courier recalcó a PRESIDIO que en ningún momento se hizo algo que pudiera enojar al conductor de la camioneta Ford Lobo. Aún así, dijo, nada da derecho de dispararle a otra persona y salir impune.
Ayer jueves en audiencia, el juez de control José Enrique Sáenz Dzul escuchó las acusaciones en contra de Carlos Cachón, pero la víctima y su acompañante dijeron que “no reconocían” al funcionario policiaco, así que decidió no imputarlo y dejó que continúe en libertad.
No es la primera vez que personal de la SSP se involucra en hechos violentos, haciendo uso de sus armas.
El pasado 13 de julio un elemento de la Policía Estatal disparó al brazo de un sujeto que le dio varios puñetazos en la cara y estaba desarmado, en la colonia Santa Cruz Palomeque, al sur de Mérida. El oficial no fue sancionado y la SSP ni siquiera se pronunció al respecto.
Un día antes, el 12 en el centro de Mérida, un agente municipal disparó al aire por el baño de sangre que dejaron dos sujetos que acuchillaron a un hombre.
Antes aún, en septiembre de 2021, un policía estatal baleó a un albañil que supuestamente lo atacó con una varilla metálica en el fraccionamiento Tabia, al nororiente de Mérida.
En ninguno de los casos se dio a conocer denuncias o al menos sanciones en contra de los agentes, mientras las corporaciones negaban información que otorgaría justicia a los ciudadanos, aunque se justificaba porque “actuaron en defensa propia” o para salvaguardar a los demás.
Este respaldo incondicional a los servidores policiacos, por encima de los derechos de los ciudadanos, se ha convertido en una licencia para los elementos que abusan y “se les sube el uniforme a la cabeza”, con arrogancia y prepotencia bajo las siglas de la SSP Yucatán.
En este caso más reciente, la imagen de la Policía Estatal fue cuidada y su comandante Cachón Castellanos absuelto tras disparar a una persona que nunca puso su vida en peligro.