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INTENTAN OCULTAR PERSECUCIÓN LIGADA AL NARCO
Una persecución policial tuvo lugar la mañana de ayer en el Periférico norte de Mérida, donde un automóvil se estrelló al ingresar a toda velocidad a la comisaría de Santa Gertrudis Copó.
La velocidad con que circulaba al huir de patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) era tal que sus llantas quedaron destrozadas al derrapar y estrellarse.
Las autoridades guardan hermetismo sobre el hecho, que presuntamente está relacionado con el narcotráfico, al grado que los propios agentes quitaron las placas al auto ante la llegada de la prensa.
En fuentes oficiales se negó la información y se dijo que fue “un choque”. Incluso se quiso negar el hecho.
Según vecinos y testigos, el auto de color blanco Hyundai Grand-i 10, con placa YWV-198-C, entró desde el Periférico a la comisaría a toda velocidad porque era perseguido por dos carropatrullas de la SSP.
El conductor tomó la calle 14 y, al llegar a la 7-B, intentó dar vuelta a la derecha sin frenar, pero era tal su velocidad que el auto derrapó y sin control se proyectó contra un árbol, el cual derribó, para luego chocar contra la albarrada de una casa.
El único tripulante del vehículo descendió con una mochila de color rojo y comenzó a correr, pero la lanzó dentro de un predio al ver llegar a la Policía.
De dos unidades de la SSP bajaron sus ocupantes, desenfundaron sus armas de fuego y encañonaron al sospechoso. Casi de inmediato llegaron dos patrullas más.
El conductor, según vecinos un joven, no opuso resistencia y los uniformados lo abordaron con golpes en una patrulla, que se retiró de inmediato del lugar.
Otros agentes recuperaron la bolsa roja y luego los propios policías retiraron las placas al vehículo y las pusieron de cabeza para tratar de ocultar el numeral.
No se sabe por qué los policías actuaron así, pues incluso cuando llegó la prensa, los elementos que se encontraban en el lugar de los hechos mintieron diciendo que el conductor se había fugado luego de chocar y que el carro se encontró abandonado.
Fueron los vecinos los que desmintieron a los agentes señalando que ellos vieron cómo lo subieron a un carropatrulla junto con la bolsa roja y lo se lo llevaron.
Según versiones extraoficiales, en el interior de la mochila había dos “tabiques” de marihuana, pero esto no se pudo confirmar porque las autoridades guardan gran hermetismo en torno al hecho.
Como ocurre en los casos relacionados con el narcotráfico, en pocos minutos llegó a la comisaría una grúa para llevarse el auto, a diferencia de otros hechos de tránsito.
La escena fue desalojada y limpiada lo más pronto posible, según las indicaciones que los agentes tenían de sus mandos.
Hasta entrada la noche, la SSP no había emitido información al respecto.
Tres incendios registrados este día en distintos puntos de Kanasín afectaron un total de 45 hectáreas de maleza.
En su combate, participaron la Policía Ecológica y Municipal, Protección Civil, Bomberos y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El primer incendio se reportó a las 11:25 horas en la carretera Acanceh-Chetumal, cerca de unas bodegas industriales.
Horas después, a las 13:45, se registró otro en el Polígono San Pedro. El tercero ocurrió en la calle 91 con 18C de Dzoyolá, cerca de viviendas.
Los tres siniestros fueron controlados sin riesgo para la población. Según los brigadistas, el efecto lupa fue la causa de los incendios, por lo que se recomienda evitar tirar basura y botellas de cristal en zonas abiertas.
Personas privadas de la libertad en el Centro de Reinserción Social de Mérida (CERESO) recibieron la visita del arzobispo de Yucatán, Mons. Gustavo Rodríguez Vega, quien encabezó la misa por el Jubileo.
A su llegada, el arzobispo fue recibido por el director del CERESO, Francisco Javier Brito Herrera.
Brito Herrera le manifestó su agradecimiento por acompañar a los privados de la libertad en estas fechas próximas a semana santa.
Ante unos 600 hombres y mujeres ahí reunidos, quienes cumplen diversas sentencias, el prelado habló sobre la misericordia de Dios.
De la misma forma comentó que el jubileo es la oportunidad de obtener la indulgencia plenaria y se presenta cada 25 años.
“No hay pecado que no alcance el perdón de Dios, a lo mejor al hombre le da trabajo perdonar, pero a Dios no”, mencionó Rodríguez Vega.
Durante la semana mayor, se tiene previsto el regreso del arzobispo para llevar a cabo la ceremonia de lavado de pies.
Los privados de la libertad también realizan un viacrucis que atraviesa por patios y pasillos de la institución, y termina con la representación de la crucifixión a espaldas del auditorio.
En el CERESO, se realizan actividades educativas, deportivas y laborales que tienen como objetivo lograr la reinserción social de los privados de la libertad.
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