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Desde hace varios días, sujetos desconocidos se toman su tiempo para saquear, poco a poco, una vivienda en la colonia Miguel Hidalgo, al poniente de Mérida.
Se trata de una casa que se queda desocupada por varios meses seguidos, ya que sus ocupantes son originarios de la Estado de México, a donde viajan constantemente. Los vecinos aseguraron que la última vez que fueron vistos fue en octubre del año pasado.
Una de las vecinas de la calle 54 por Circuito Colonias y 21-Diagonal de la Miguel Hidalgo, observó esta noche que las luces del predio, marcado con el número 203, se apagaban y encendían. Además, desde el pasado sábado 5 de enero notó huellas sobre una de las camionetas guardadas en esa casa.
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Al tener conocimiento de que sus vecinos se encuentran de viaje desde hace unos meses, avisó a su marido, que a su vez notificó a las autoridades.
Al lugar arribaron por lo menos cinco patrullas antimotines, la 6410, 6451, 6204, 6301 y la 6207. Los oficiales descendieron de sus unidades y, mientras unos se entrevistaban con los testigos, otros ingresaron a la casa para confirmar el atraco.
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Según relataron “la casa se encontraba de cabeza, lo revisaron todo”.
Los sujetos habrían ingresado por la puerta delantera, a la cual le rompieron la cerradura y pasaron sin tener que forzar la cadena, pues ésta es lo suficientemente larga para entrar.
Una vez en el porche, caminaron sobre la camioneta con matrícula MVD-56-20 del Estado de México. El otro vehículo que se encontraba resguardado en la casa, con placas MNB-82-04, habría sido forzada para robar los objetos en su interior.
Los ladrones se trasladaron al patio para abrir las ventanas de la puerta metálica que colinda con la cocina; desde ahí ingresaron al predio para robar con total calma.
Los agentes policíacos explicaron que había televisores y consolas de videojuegos enfiladas junto a la puerta, listas para ser robadas en otro momento, ya que al parecer no se las pudieron llevar porque no dan por la ventana por la que entraron y salieron.
Según los uniformados, los ladrones habrían logrado entrar a la casa desde el 31 de diciembre, fecha oportuna para realizar el robo ya que el tradicional estallido de las “bombitas” pudo ocultar el ruido de los golpes que hicieron los delincuentes para romper las cerraduras.
Mientras dos oficiales revisaban la casa para asegurarse de que ninguno de los criminales siguiera en el lugar, y otros dos sacaban conclusiones con los vecinos, dos jóvenes, de unos 20 años de edad, se acercaron a los agentes y preguntaron, con inseguridad, pero directos, que es lo que había sucedido.
Un oficial se negó a darles información hasta corroborar a que se debía la pregunta. Los sujetos aseguraron conocer a uno de los hijos de los dueños de la casa. Explicaron que estudian con él y que éste les pidió confirmar que todo esté bien en su casa. Incluso mostraron una conversación a través de Facebook Messenger.
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Al sentirse sospechoso, uno de los jóvenes le dijo al otro “mejor vámonos” y se retiraron caminando mientras hablaban por teléfono y hacían ademanes con las manos.
Uno de los policías señaló que los principales sospechosos son, por lo general, gente que conoce a las víctimas, o personas que sepan que la casa se encontraba desocupada y que era “un blanco fácil”.
La dueña del lugar fue contactada y notificada del robo. La mujer indicó que mañana, 10 de enero, viajaría de regreso a Mérida para llevar a cabo todo el proceso necesario. Los agentes ofrecieron quedarse unas dos horas más en el lugar para hacer vigilancia.
Esta no es la primera vez que esta casa es objeto de un robo. El vecino que contactó al 911 narró que hace tres años entraron a robar en el mismo lugar; luego de ese hecho, la entonces dueña se quedó muy nerviosa, por lo que insistió vender la casa, lo que consiguió al poco tiempo por un bajo costo.
Además, otras dos casas de la misma calle han sido presa de robos en los últimos años.
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Los malhechores eran unos adolescentes de aproximadamente 15 años. Para entonces se robaban las tuberías de cobre de los techos y se llegaron a enfrentar a uno de los vecinos al ser descubiertos en el interior de una casa.
Estos muchachos llegaron a ser detenidos, pero, una vez presentados ante sus padres, los dejaron libres por ser menores de edad