


Personal de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) del Gobierno de Yucatán fue descubierto ayer cuando sacaba mobiliario y equipo de un predio particular ubicado en Cholul.
Los empleados estatales cargaban vehículos oficiales con pertenencias de la Sedeculta, cuyos bienes son patrimonio de los yucatecos, pero que estaban almacenados clandestinamente en un terreno escondido en esa comisaría meridana.
Según el reporte que llegó a PRESIDIO, la acción se desarrollaba por la fuerza y sin permiso, pues la propietaria del inmueble no había autorizado que se sacara algún objeto porque se adeudaba el pago de la renta.
Hace unos meses circularon imágenes que mostraban espacios y oficinas semivacíos de la Sedeculta, a cargo de Roger Metri Duarte, luego de ser supuestamente desmantelados por ser “el año de Hidalgo”. De esos bienes se desconocía su paradero.
Ayer en el predio de Cholul, ubicado en la calle 28 por 25 de la colonia Paraíso, sillas, muebles de oficina, aires acondicionados e incluso instrumentos y mobiliario teatral eran subidos a unidades de carga del Gobierno del Estado cuyo destino no se informó.
En el interior del predio se encontraban choferes y el jefe de Servicios Generales de la Sedeculta, Abraham Herrera Canto, con una camioneta Ford pick up blanca, con placas YN-9337-B, adscrita a la dependencia estatal.


También arribó una camioneta oficial Nissan Urvan blanca, con matrícula YZK-165-B, cuyos ocupantes ingresaron a la propiedad que tiene ornamentos en forma de caballos en la parte superior de su barda.
El portón de la propiedad se abría y cerraba rápidamente, apenas con el tiempo suficiente para que entraran y salieran camiones con la carga de mobiliario.
El nerviosismo mostrado por los burócratas cuando fueron cuestionados sobre su presencia en el lugar reforzó la sospecha de que se trataba de una actividad clandestina.
Sin embargo, lo que delató que eran objetos sustraídos en forma ilícita de la Secretaría de Cultura fue cuando comenzaron a arrojar piedras a los reporteros enviados por PRESIDIO.
Luego de que los empleados cerraron el portón, el periodista Eduardo Lliteras esquivó tres rocas que fueron lanzadas desde el interior.

La agresión ocurrió luego de que presuntamente Abraham Herrera hablara por teléfono con el director administrativo de Sedeculta, Gerardo Hansen Mena, quien habría dado la orden de repelar al comunicador.
Hansen Mena es hermano de una de las prestanombres de Sergio Vadillo Lora, uno de los funcionarios de mayor confianza de Rolando Zapata Bello que en los últimos tres años adquirió bienes inmuebles por 54 millones de pesos.
Mientras la comunidad artística de Yucatán padece la falta de pago por su trabajo, la dependencia encargada de la Cultura maneja en forma discrecional sus recursos, que no están auditados.
El gobernador electo Mauricio Vila Dosal ha sostenido que no perseguirá a ningún funcionario de la administración saliente, pese a las muestras de corrupción denunciadas también por personal de Educación, Salud y Sedesol, entre otros.
La propietaria del predio de Cholul aseguró que su predio fue rentado sin su consentimiento por uno de sus hijos.
Sin embargo, la señora precisó que el terreno fue ocupado hace tres años, a la mitad del gobierno de Rolando Zapata, pero sólo pagaron los primeros tres meses.
En todo ese tiempo, según se averiguó, Hansen Mena emitió recibos de pago de renta por 30 mil pesos mensuales, aunque a la propietaria sólo le reportaron tres mil cada mes.
“Pagaron tres meses y se quedaron tres años”, se quejó, de modo que al acercarse el cierre de esta administración dio la indicación de que no se permitiera sacar absolutamente nada para garantizar el pago.
Acusaron a los enviados del Gobierno de romper el candado para ingresar por la fuerza, en medio de un litigio que la dueña sostiene con el director administrativo de Sedeculta.
