El propietario de dos tigres de Bengala que fue atacado ayer por sus animales presenta muerte cerebral. Sus probabilidades de mejoría son escasas, según los reportes médicos.
Su hijo menor de edad, que también fue herido por las fieras de más de 150 kilos, se encuentra fuera de peligro luego de ser intervenido en cirugía, aunque su estado se mantiene delicado.
Ayer PRESIDIO informó sobre este hecho de sangre que ocurrió en un terreno localizado en el municipio de Baca, donde un tigre de Bengala atacó a un adolescente y luego su padre fue presa de los colmillos y garras al rescatarlo.
Suman tres las personas heridas por los dos felinos adultos, propiedad de un norteño avecindado en Mérida. La primera fue su amigo el empresario “Bebo” Sánchez, aunque no trascendió en su momento.
La propiedad que alberga animales exóticos se encuentra en el kilómetro 22.5 de la carretera Mérida-Motul, cercana a la hacienda ganadera “Santa María” de la familia Ponce Díaz, y pertenece al regiomontano Roberto Lozano Tamez.
Las autoridades continúan investigando los hechos que dimos a conocer sobre la existencia de dos tigres, uno blanco y otro amarillo, en un terreno de dos hectáreas localizado a 15 minutos de la capital yucateca.
Aunque al principio se informó que el menor Neithan L.V. era el más grave, durante la noche de ayer se supo que el adulto, quien creció a los tigres desde cachorros, fue el más afectado por las heridas y llegó en estado inconsciente al nosocomio.
Ambos se encuentran ingresados en el hospital Star Medica de la capital yucateca, en terapia intensiva. El adulto está en coma y tiene muerte cerebral, se reportó.
La familia de Lozano Tamez ya se encuentra en Mérida, proveniente de Monterrey. El regiomontano, según versiones recabadas, tiene una finca en Temozón Norte de Mérida, donde posee más animales de hábitat salvaje.
Aunque ninguna autoridad federal y estatal ha aceptado proporcionar información sobre el hecho, PRESIDIO averiguó que el propietario de los tigres contaba con los permisos para tener a las dos fieras.
En el mismo lugar donde están los tigres hay una jaula con monos y caballerizas de reciente construcción.
En forma extraoficial se informó que la autoridad ambiental había visitado la propiedad para verificar sus condiciones.
La jaula de los tigres es bastante grande. Tiene un lago artificial para los felinos, cuenta con “trampa” para darles comida y hacer la limpieza por parte de empleados.
Hasta hace unos meses no contaba con la doble cerca, que debe estar situada a un metro de la jaula, para evitar que los felinos lesionen a alguna persona que estire la mano desde afuera.
“Alguna recomendación de la autoridad ambiental no siguieron sus propietarios y sucedieron los hechos que ya se conocen”, señalaron las fuentes.
Se desconoce cuánto dinero se pagó por los permisos a la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) en Yucatán, cuyo titular José Lafontaine Hamui ha sido señalado por manejos poco transparentes en su expedición y supuestos actos de extorsión.
El funcionario federal, originario de la Ciudad de México, está vinculado políticamente al priista Emilio Gamboa Patrón, y se conoce su gusto por los paseos en yate, de manera similar al regiomontano Lozano Tamez, quien mantenía una vida de lujos y excentricidades.
Entre sus amistades figura uno de los propietarios de los astilleros “Tajoma”, que se ubica en el Periférico de Mérida frente al puente de Santa Gertrudis Copó, y en una ocasión fue lesionado por los mismos tigres al asistir como invitado al terreno en Baca.
El joven empresario Jorge Arturo Sánchez Orea (a) “Bebo” sufrió heridas al “juguetear” uno de los tigres con su brazo, el cual fue mordido de manera “leve”, pero la fuerza de las mandíbulas de estos carnívoros le produjeron heridas de consideración.
Su caso, acontecido algunas semanas, no había trascendido porque no acudió a algún hospital, según acordó con el propietario de los animales, para que “no hubiera problemas”. Fue atendido por un médico particular en un domicilio.
Sin embargo, ante la situación de que una persona se encuentra “prácticamente muerta” por el ataque de estos tigres, se indicó que podrían ser decomisados y probablemente sacrificados, ya que es probable que se repita un hecho de sangre con humanos.
Las fuentes señalaron que hay personas que viven en Mérida y que “tienen mucho dinero”, aunque su estilo de vida no trascienda, aunque al enterarse de la gravedad del regiomontano expresaron que “ojalá entiendan que el dinero no lo compra todo”.